Es una pregunta muy común, especialmente por aquellos que
les llama la atención ver hombres y mujeres con ropas fuera de este mundo; con
pelucas, maquillaje, armaduras u objetos que a veces, sólo ves en la animación
o las películas.
No hay que negarlo, el cosplay llama la atención en todos
lados pero a veces, observo que no está bien comprendido porque algunos
catalogan a las personas como raras, antisociales o inmaduros… ¿será verdad? Yo
no lo creo.
El cosplay, conformado por las palabras “costume play”,
significa el juego del disfraz; es decir, las personas dedican tiempo en
transformarse en otra persona o bien otro personaje que les gusta por cualquier
razón. Hay gente que le gusta el anime y quiere ser Sailor Moon; otros,
prefieren ser una de las miles versiones de Batman o los que se transforman en
algún personaje de Johnny Depp y así…
Tal vez para muchos, lo vean como disfrazarse de algún
monstruo en Halloween pero la verdad, hacer cosplay va más allá de eso. Esta actividad
implica actuar y ser como el personaje… desde las poses, hasta diálogos o la
forma de caminar; eso sí, con ayuda de aditamentos como el maquillaje, la
peluca y los accesorios que forman parte del traje, vestido, armadura, etc.
Tomando en cuenta lo anterior, se puede decir que es un
hobbie “caro” porque depende del tiempo, dinero y habilidades que cada persona
posea para hacerlo. Tampoco hay dejar de lado que, también incluye la razón por
la que uno lo hace.
Hay personas que lo hacen para divertirse en fiestas o con
los amigos. También es válido si lo haces para ganar un concurso o bien,
quieres obtener ingresos extras por tus creaciones. La cosa se reduce a ser,
por un tiempo determinado, otra persona.
El cosplay también es una forma de expresión artística, pues
implica tiempo y esfuerzo para representar texturas, acabados y sobretodo,
lograr una similitud lo más cercana posible al diseño original. Por lo tanto,
en muchas ocasiones éstos se ven superados y es ahí, cuando hace efecto la
magia de esta actividad.
Se dice que uno hace magia cuando generas reacciones en las
personas que te observan o te piden fotos. No sólo se trata de darle vida al
personaje sino, tiene que existir una armonía entre el personaje y el
cosplayer; es decir, no importa el físico o color de piel sino, exista una
adaptabilidad entre ambas partes. Tal vez, esto implique que se modifiquen un
poco los colores y acabados originales para favorecer la imagen de la persona.
Del tiempo que llevo haciendo cosplay, he visto personas de
color que han realizado unos trajes hermosos y sobretodo, se ven
espectaculares. Lo mismo pasa con aquellos cuyo físico es diferente pero buscan
que el traje los ayude a verse mejores y así…
Muchos dicen que el cosplay es sólo para algunas personas
pero la verdad, yo no lo veo así sino… todo lo contrario. No importa la edad,
el físico, la piel… todos pueden intentar (aunque sea una vez) caracterizarse
de otra persona. Claro, habrá algunos que lo harán con los materiales que
tengan a la mano mientras que otros, invertirán grandes cantidades de dinero
para tener mayor calidad pero finalmente, todos están jugando a disfrazarse.
Hay que hacer cosplay para divertirse, para echar volar la
imaginación y en especial, hacerlo para uno mismo. No importa si lo haces solo,
con amigos, pareja o familia completa, el chiste es sentir alegría y
satisfacción por hacer algo diferente.
No importa los años que le inviertas, sino los buenos
momentos que puede regalarte esta actividad porque finalmente, la única persona
que decide hasta dónde llegar, eres tú.
Si te interesa hacer cosplay… simplemente, ¡hazlo!
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